Análisis y Gestión de Riesgos
La ISO 31010, como norma complementaria de la ISO 31000, proporciona un marco metodológico esencial para seleccionar y aplicar técnicas de identificación, análisis y evaluación de riesgos, convirtiéndose en una herramienta clave para la seguridad y la prevención de emergencias. Su objetivo es garantizar que el tratamiento del riesgo se apoye en información estructurada, verificable y adaptada al contexto de la organización o del proyecto, integrando así la gestión de riesgos en la cultura corporativa y en la toma de decisiones.
Más que un mero trámite, la aplicación de ISO 31010 implica un proceso dinámico y cíclico, que permite identificar las amenazas, estimar su probabilidad y consecuencias, y priorizar las acciones necesarias para controlarlas o mitigarlas. Este enfoque es fundamental para anticipar escenarios, optimizar recursos y mejorar la resiliencia organizativa.
La norma establece que la elección de la técnica de análisis debe responder a la naturaleza del riesgo, la disponibilidad de datos, la complejidad de la actividad y los requisitos normativos aplicables. Entre las más utilizadas se incluyen técnicas cualitativas (listas de comprobación, análisis “¿Qué pasa si?”, HAZOP, Bow-Tie), semi-cuantitativas (matrices de riesgo, LOPA) y cuantitativas (análisis de fiabilidad, árbol de fallos, QRA). Cada técnica tiene fortalezas y limitaciones, y su correcta selección y aplicación es responsabilidad del Técnico Competente.
En el proceso de gestión del riesgo, ISO 31010 sigue la misma estructura que ISO 31000, pero incorpora el nivel de detalle y guía práctica para cada etapa:
- Establecimiento del contexto: definición de objetivos, alcance, criterios de riesgo y marco normativo.
- Identificación de riesgos: determinación sistemática de peligros, causas y posibles eventos.
- Análisis del riesgo: evaluación de la probabilidad y consecuencias, identificando barreras preventivas y mitigadoras.
- Evaluación del riesgo: priorización en función de criterios predefinidos y tolerancia aceptable.
- Tratamiento del riesgo: definición de medidas, asignación de responsables y plazos de implantación.
- Seguimiento y revisión: verificación de la eficacia de los controles y actualización del análisis.
La documentación generada (informes de riesgos, justificación de la técnica elegida, resultados de los análisis y evidencias de revisión) no solo facilita la trazabilidad, sino que constituye prueba de diligencia ante auditores, autoridades y clientes.
La correcta aplicación de ISO 31010 requiere que el Técnico Competente y el responsable del sistema de gestión dispongan de la formación y experiencia necesarias para:
- Seleccionar las técnicas más adecuadas según el tipo de actividad (industrial, comercial, infraestructural, etc.).
- Garantizar la coherencia del análisis con la Normativa de Autoprotección, Protección Civil y Actividades Clasificadas vigente (incluido el RD 393/2007 o el Decreto 67/2015 en Canarias).
- Validar la calidad y aplicabilidad de los resultados para la toma de decisiones.
Entre los beneficios de un análisis de riesgos riguroso realizado conforme a ISO 31010 se encuentran:
- Reducción de la incertidumbre operativa.
- Optimización de recursos para controles y contingencias.
- Refuerzo de la resiliencia organizativa.
- Mejora de la capacidad de respuesta ante incidentes.
- Aumento de la confianza de clientes, inversores y administraciones.
- Disminución del coste en pólizas de seguros mediante la reducción de la siniestralidad esperada y de la exposición al riesgo, junto con la mejora de las condiciones de cobertura: tasas más competitivas, franquicias reducidas y cláusulas menos restrictivas en pólizas multirriesgo industrial, de responsabilidad civil o de interrupción de negocio.
Además, la existencia de un análisis documentado y validado por personal competente puede servir como elemento de negociación con el asegurador y como prueba de diligencia debida en la gestión preventiva.
En contextos como la planificación de emergencias, el diseño de Planes de Autoprotección junto con la gestión de proyectos industriales y de construcción y la aplicación de ISO 31010 permiten alinear las mejores prácticas internacionales con las obligaciones legales, convirtiendo el análisis de riesgos en un elemento estratégico para la protección de personas, bienes y medio ambiente, y en un factor directo de reducción del coste asegurador a lo largo del ciclo de vida de la instalación.